Paco escribe a Rosa, su mujer, desde Huesca. La postal se envía a Madrid. Es funcionario y llega a un nuevo destino. Es el 28 diciembre 1926. Ha pasado “mucho frío en el viaje y muchísimo aquí, pues, como en Zaragoza, no hay ni un piso entarimado; todos son de mosaicos». Debió estar destinado en Zaragoza, por su conocimiento de los suelos aragoneses.

Más problemas. Las comunicaciones no son como en Madrid, añade: «no puedo escribirte hoy carta por la hora de salida del correo». Le informa a su mujer de que ha recibido una nueva responsabilidad en el trabajo, «lo que no me seduce gran cosa».

No pierde por estos inconvenientes sus muestras de cariño. Les da «mil besos a los niños y para ti todos los que quieras». Firma Paco. La postal llegó a Madrid al día siguiente con la imagen del kiosco número 1 de Huesca. Es una foto antigua, pero no hay referencia a su autor o editor.

En primer plano, el kiosco número 1. A la derecha, el solar donde se levantaría la Delegación de Hacienda. Al fondo, el Casino. A la izquierda, el Hotel La Unión

Una de las acepciones de la palabra kiosco en el diccionario de la Lengua Española es «construcción pequeña que se instala en la calle u otro lugar público para vender en ella periódicos, flores, etc.». En Huesca hay menciones a kioscos en la prensa en la última década del siglo XIX.

En noviembre de 1891, Pedro Infante recibe la autorización municipal para instalar cinco kioscos de los seis que había solicitado. Estarían en las plazas de Zaragoza, Mercado, Catedral, San Lorenzo y Santo Domingo. Curiosamente, se rechazaba el solicitado para los Porches de Vega Armijo «porque impediría el constante tránsito del sitio más concurrido de la población». El arbitrio municipal por cada concesión era de 10 céntimos por día. El período del permiso sería de 20 años, tras los que serían adquiridos por el Ayuntamiento.

En 1894, el Ayuntamiento aprueba la cesión del kiosco número 1, el de la plaza de Zaragoza, de Pedro Infante a Feliciano Sanz. Este último ya era conocido por su condición de vendedor de prensa. Incluso un medio zaragozano, El Diario de Zaragoza, se hace eco de esta condición al aludir a los daños que había sufrido su casa, en el número 18 de la calle Vidania, a raíz de un incendio en un inmueble cercano.

El periodista oscense Francisco Ena, que firmaba artículos en El Diario de Huesca con el seudónimo Fritz, escribía en 1917 que Feliciano Sanz había dedicado a la venta de prensa 56 años de los 93 que tenía al fallecer el 4 febrero 1917. En la misma década final del siglo XIX figura otro apellido relacionado con la venta de prensa en el centro de Huesca. En 1897 se menciona a Esteban Valero como agente del Heraldo de Madrid. En ese momento tenía su establecimiento comercial en el número 5 de la plaza del Mercado, apareciendo en anuncios de prensa ya en 1890.  En una entrevista publicada en Nueva España el año 1960, Feliciano Sanz, nieto del creador del kiosco Sanz, explicaba que su abuelo fue el primer kiosquero de Huesca al instalarse en la plaza de Zaragoza. «Después de mi abuelo, añadía, se estableció don Lorenzo Valero, en los Porches, frente al antiguo estanco de Oliván». [1] Sería el Kiosco Moderno.

Sanz y Valero se establecieron en los Porches, junto al Coso
El kiosco número 1 desapareció entrado el siglo XX

La historia de los kioscos de Huesca es curiosa. Supongo que como la de los lugares del tamaño de esta ciudad. En otra entrada navegaremos por el mundo de una estructura portátil, en la que se vendían libros y periódicos, refrescos, cerillas o se intentaba, sin éxito, exponer cajas mortuorias. Vaya.


[1] Libros de Actas del Ayuntamiento de Huesca de 1891 y 1894.  El Diario de Zaragoza, 20 julio 1890.  La Crónica, 20 diciembre 1890. La Voz de la Provincia, 7 abril 1897. El Diario de Huesca, 22 abril 1897. El Diario de Huesca, 7 febrero 1917. Nueva España, 29 enero 1960.

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