Esta es la entrada 600 de este blog Mirando en la alberca. Ponemos un toque biográfico, algo excepcional en sus contenidos. Una foto fechada en mayo de 1971 mantiene vivo el recuerdo de mi primera máquina fotográfica. Fue la Kodak Instamatic 25 que preside esta entrada. La gané en la fase provincial de un famoso concurso nacional de redacción. Lo organizaba la empresa Cocacola para escolares de 4º de Bachillerato. Ese año fue la undécima edición.
Hubo un acto en Zaragoza para la entrega de los premios. Creo que mi puesto fue el séptimo, pero allí se acabó el recorrido. Aparte de la Kodak, entregaban también una bolsa de deporte. Era muy grande, de color rojo, con el logo de Cocacola bien visible. Apenas la usé porque me daba apuro semejante artilugio para alguien especialmente torpe para la actividad física. No recuerdo dónde acabó.
La máquina, en cambio, estuvo activa bastantes años. Entonces se hacían pocas fotos porque el precio no lo aconsejaba. Tiempo después, trabajando, compré una Nera 300 y, con la antigüedad y los aumentos, una Yhasica FX 3 reflex. Era el momento de la fotografía analógica, la económica diapositiva y el pensarte dos veces qué fotos hacías. Ahora con la digital, se dispara como si no hubiera un mañana.

Esta de arriba es la imagen en cuestión. Acababa de recibir el regalo en un teatro de Zaragoza. Llevaba la ropa de los domingos, como correspondía a la invitación. Supongo que solamente posaría para el momento. Si hice una foto, tal como estoy colocado, debió salir bastante mal. Pero bueno, allí pone «may. 71» y estamos la Kodak y yo. Al fondo, la fábrica de galletas Patria en la capital, frente a la que estaba la casa de Antonio y Teresín. Fueron los anfitriones de la comida en esa jornada. Uno de los dos hizo la foto. Seguro que comimos de maravilla.
Para el titular de la entrada he utilizado la inteligencia artificial. Por probar.





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