Antoni Puch Ferrer fue un periodista nacido el 29 noviembre 1888 en la localidad altoaragonesa de Estopiñán. Desarrolló su labor profesional en medios de Lérida y Barcelona entre 1910 y 1939 aproximadamente. Su labor fue bien valorada por compañeros de redacción. Políticamente estuvo desde el primer momento en el camino de la ideología republicana, primero en Joventut Republicana de Lleida y luego en Esquerra Republicana de Catalunya. Era uno de los colaboradores más próximos a Francesc Macià en 1926 cuando el complot de Prats de Molló. Se exilió al sur de Francia tras la última guerra civil, donde siguió su labor periodística. Su último trabajo fue un artículo sobre Macià. Falleció el 31 de diciembre de 1944 en Auterive, en el departamento francés de Alto Garona.

Antonio Puch Ferrer nació en la localidad altoaragonesa de Estopiñán el 29 noviembre 1888.[1] Era hijo de Antonio Puch Castarlenas, nacido en Camporrells, médico cirujano, y Luisa Ferrer Salés, nacida en Estopiñán del Castillo, ama de casa. Estudió en el Instituto de Lérida los cursos 1900-01 y 1901-02. Solicitó el traslado del expediente a Huesca en 1902.[2] Probablemente estudió Magisterio como dos de sus hermanos.[3] Figuró entre los mozos de Huesca en el sorteo para el servicio militar de 1909.[4]

Un año más tarde se informaba de su incorporación a la redacción de El Diario de Lérida: «ha entrado a formar parte de esta Redacción, encargándose de la sección telegráfica y telefónica, el culto periodista aragonés don Antonio Puch».[5] El Ideal, también de Lérida y donde recalará posteriormente Puch, se hace eco de la novedad: «ha entrado a formar parte de la Redacción de nuestro colega El Diario, encargándose de la sección telegráfica y telefónica, D. Antonio Puch».[6] En este mismo año 1910 era corresponsal del Diario de Avisos de Zaragoza.[7]

En 1911 ya trabajaba en la redacción de El Ideal, portavoz de Joventut Republicana de Lleida. Aquí tiene un problema con la autoridad militar por un artículo suyo sobre la guerra en Melilla: «Nuestro compañero, el conocido periodista D. Antonio Puch, encargado de dar las conferencias telefónicas a la mayoría de los diarios locales en virtud de haberse decretado por la jurisdicción militar la prisión preventiva ingresó ayer en la cárcel celular, a disposición de aquel juzgado por un artículo publicado en nuestro periódico.

No hay que decir con cuanto interés deseamos la libertad del compañero preso y que del proceso salga pronto y bien librado». [8] Le fue concedida la libertad provisional: «ayer estuvo en nuestra redacción el reporter D. Antonio Puch, quién nos manifestó hallarse en uso de libertad provisional, y en marcha su proceso por un artículo de “El Ideal”».[9]

En este mismo tiempo Antonio es mencionado ya como director de El Ideal.[10] R. Roselló aludía en un artículo del periódico Fortitud a un «col·laborador de “El Ideal”, diari republicà de Lleida, que el dictador Primo de Rivera suspengué, enviant a l’exili el seu director Antoni Puch, actual director de “El Full Oficial del Dilluns”, de Barcelona».[11]

El caso es que su problema legal con el Ejército quedó sobreseído: «como no podía ser de otra manera, después de seguir los trámites necesarios, ha sido sobreseída la causa que por la ley de Jurisdicciones se seguía contra nuestro querido compañero D. Antonio Puch, por un artículo publicado en El Ideal, hace unos tres meses comentando un incidente de la guerra de Melilla».[12] Tres años después, su periódico recordaba la peripecia, al indicar que Antonio también «estuvo encarcelado por la publicación de un articulito literario que calculen si sería pecaminoso que ni siquiera llegó a procesarle».[13]

Antonio Puch, durante su estancia en Lérida, se relacionó con otros altoaragoneses que trabajaban como él en esta ciudad. Entre ellos figuraron Joaquín Maurín, de Bonansa, y Felipe Alaiz, de Belver de Cinca, colaboradores de El Ideal siendo Puch redactor o director del medio. Ambos comenzaron aquí sus respectivas biografías políticas.

Los tres compartieron con el artista leridano Miguel Viladrich su aventura en Fraga, escribiendo en prensa sobre su obra o participando en la capital del Bajo Cinca de forma activa con momentos importantes de esa estancia. Antonio Puch protagoniza uno de los retratos realizados por Viladrich, expuesto en la Hispanic Society de Nueva York. Se titula «El monje novicio (Antonio de Huesca)» y figura como pintado en 1908.

En 1928, veinte años después de la realización del retrato, Antonio Puch entrevistaba a Miguel Viladrich en el rotativo barcelonés El Día Gráfico.  El artista afirmaba que, «dejando de lado el concepto fotográfico o puramente objetivo, retrato es la reproducción de la imagen humana en su aspecto característico e intenso y, además, la expresión subjetiva del artista ante el modelo. La intención del artista es una cosa y otra es la interpretación que el espectador da a la obra. Observa que la mayoría de las obras célebres han tenido interpretaciones diferentes por parte de cada comentarista». Se ve que el retratado recibió todo tipo de comentarios sobre la obra y esperó todo este tiempo para pedirle explicaciones a Viladrich por el motivo de su trabajo.

El diario leridano El Ideal informaba de la «toma de posesión» del castillo de Fraga por parte de Miguel Viladrich, a quien se lo había cedido el Ayuntamiento de la capital del Bajo Cinca. Entre los que acompañaban al pintor al llegar a Fraga estaba Antonio Puch. También iba Ricardo Palacín, abogado leridano de orígenes en Nueno, donde habían nacido sus padres, y colaborador del citado diario.

Joaquín Maurín dejaba Lérida en 1919 para incorporarse al servicio militar.  Antonio Puch firmaba una semblanza. El de Estopiñan destacaba del de Bonansa su lucha por la clase obrera: «el obrerismo de Lérida, con la marcha de Maurín pierde un paladín entusiasta. Siente Maurín como nadie la injusticia de la desigualdad de clases y sus ideas de libertad amplias y generosas se orientan hacia la redención del proletariado que tanto sufre y calla en estas tierras de España».

Maurín, Alaiz y Puch unieron sus firmas en una polémica suscitada por el primero al plantear la diferencia que había entre baturrismo y aragonesismo. Fue en el entorno de la fiesta del Pilar, en 1917. En una próxima entrada ampliaremos información sobre este asunto.

Antonio Puch era redactor de El Ideal y corresponsal del Heraldo de Aragón. Así lo indicaba el periódico zaragozano en 1916.[14] Participó en la creación de la primera Associació de la Premsa de Lleida, según explicaba Josep Bru y Jardí:  «quan jo dirigia a Lleida el “Correo” sortien allí d’altres periòdics de partit. Un, El Ideal, republicà, que portava Antoni Puch Ferrer. Ell i jo fundem l’Associació de la Premsa de Lleida. Era l’any 1915. Nomenem primer president Sánchez, corresponsal de Las Noticias. Vicepresident passo a ésser-ho jo. Puch, secretari general. Hi havia molta amistat en el terreny professional i privat. Els periodistes ens respectàvem recíprocament la nostra manera de veure les coses. Diré ara que el meu Correo de Lérida era tan i tan pobre, que no podia ni abonar la informació nacional i estrangera de les agències. Doncs bé, Puch, director de El Ideal em facilitava tots els dies, gratuïtament, les principals notícies.»[15]

Informaron a Miguel Moya, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid. El colectivo leridano estaba formado por redactores efectivos de los seis diarios locales y corresponsales de la Prensa de Madrid y Barcelona. Al mismo tiempo le comunicaban el acuerdo unánime, nombrándole presidente honorario de esta Asociación de Lérida. Firmaban «el presidente, José Sánchez; el secretario, Antonio Puch.»[16] El proceso de constitución concluyó a principios de mayo de 1916: «ayer quedó definitivamente constituida la Asociación de la Prensa de Lérida, viniendo a llenar un vacío que se notaba por sus efectos, entre los profesionales de la pluma. Los resultados prácticos que de la Asociación han tocado los periodistas de otras capitales, tanto de orden moral como material, eran acicate que desde hace tiempo impulsaba a los periodistas leridanos a agruparse para hacerse fuertes y hacer respetar sus derechos, señalando deberes de compañerismo a cumplir, olvidados muchas veces.

No dudamos del éxito y prosperidad de la nueva Asociación, que siguiendo el ejemplo de otras análogas procurará por todos los medios fomentar la cultura y el espíritu de clase. Así lo deseamos.

La Junta Directiva de la Asociación ha quedado constituida en la siguiente forma: presidente, D. José M.ª. Sánchez; vicepresidente, D. José Bru; Secretario, D. Antonio Puch; Tesorero, D. Luis Abadal; Contador, D. Fernando Tarragó; Vocales: D. Serafín Badía, D. José Piñol, D. Norberto Trompeta y D. José Font y Fargas.»[17]

El Ideal, 24 enero 1917, publica una lista que no coincide del todo, pero en ambas figura Puch Ferrer como uno de los responsables de la nueva asociación: «la Junta directiva de la Asociación de la Prensa, ha quedado constituida en la siguiente forma: Presidente, D. José M, Sánchez Mulleras; Vicepresidente. D. Antonio Puch; secretario, D. José Pont y Fargas; Tesorero, D. Luis Abadal; Contador, D. Femando Tarragó; Vocales, D. Serafín Badía, D. José Piñol, D. Vicente Carbó y D. Norberto Trompeta.»

La prensa leridana sigue dado referencias de Antonio Puch a lo largo del año. Firma artículo opinión en El Ideal, 10 marzo 1917. Se informa de que Antonio había sido agredido por un peón de la brigada municipal.[18] Es mencionado como director de El Ideal. «El director del colega republicano de esta localidad don Antonio Puch, ha estado el domingo próximo pasado en el balneario de Vallfogona para entrevistarse con don Emilio Riu, que veranea en aquel establecimiento, y solicitar del prohombre liberal la opinión que tuviera acerca de la política leridana, en lo que afecta al partido liberal autonomista».[19]

En 1918 participa en una reunión de funcionarios civiles y habla de la relación entre periodistas y funcionarios, buscando acabar con un conflicto: «a instancias de los concurrentes en nombre de la prensa, brinda nuestro apreciado compañero Sr. Puch. Recoge, agradecido, los aplausos que se le dedican; y refiriéndose a lo que cuando los últimos conflictos se dio por llamar “elemento extraño”, dice que se trataba de una maniobra política que sacaron a relucir los detractores de la justa causa que se ventilaba.

Alude a los periodistas, que tienen algo de funcionarios públicos, algo de artistas y algo de políticos y al periodismo, que está íntimamente relacionado con los Cuerpos de Correos y Telégrafos, que le dan vida y de los que se nutre y sin los cuales nada sería la prensa.

Ante una solemnidad como la que asiste da por zanjada cierta cuestión personal que hace algunos meses tuvo con un empleado de Correos, y acaba brindando por la unión de los funcionarios civiles a los que abraza. El Sr. Puch fue muy aplaudido.»[20]

En 1919, la prensa local informa de un nuevo proceso judicial contra Antonio Puch. En este caso es por supuestas injurias al Jefe del Estado.[21] También aquí acabó el proceso de forma positiva para el periodista de Estopiñán: «nuestro querido compañero don Antonio Puch, director de “El Ideal” ha sido absuelto en la causa que por supuestas injurias a S. M. el Rey se siguió en el Juzgado de esta capital y cuya vista se celebró en la Audiencia el lunes último. Esta mañana le ha sido comunicada al señor Puch, la sentencia. Mucho lo celebramos, pues si bien la resolución adoptada por el Tribunal competente era la que se esperaba, no por eso dejamos de consignarla con la satisfacción consiguiente».[22]

La sentencia fue celebrada por el entorno político de Puch Ferrer: «un grupo de “Joventut Republicana” de nuestro querido Director D. Antonio Puch y la Redacción de El Ideal, obsequió a aquél anoche con un banquete en el Hotel España, con motivo de haber sido absuelto en la causa que por supuesto delito de injurias al rey se le seguía.

Durante el simpático acto reinó la mayor cordialidad y alegría. Por acuerdo previo, no hubo brindis. El menú, fue digno de la fama que de estas cosas gastronómicas disfruta tan justamente el propietario del Hotel España, Sr. Reus.

Hemos de dar las más rendidas gracias a cuantos con esta ocasión de la absolución de nuestro Director le han reiterado sus testimonios de afecto y felicitación; y muy especialmente a nuestros colegas “El Correo de Lérida” y “El Pallaresa”, por las frases de compañerismo y júbilo con que han dado cuenta de la absolución; lamentando al mismo tiempo no poder enviar también este agradecimiento a “El País”, al cual por lo visto le ha causado disgusto lo que para todos ha sido causa de leal alegría. Aún hay clases. Y, nosotros, para Antonio Puch, un fuerte abrazo fraternal».[23]

Los problemas con la Justicia no acaban. «El juzgado de Lérida interesa la busca y captura de Antonio Puch Ferrer, director que fue del desparecido periódico “El Ideal”, por un proceso que se le sigue por supuesto delito de excitación a la sedición».[24] En La Gaceta de Madrid, relacionado con este asunto, se dan datos de su biografía, afirmando que en 1924 tenía 33 años, estaba casado y domiciliado «últimamente» en Lérida.

En 1931 no ha dejado su vinculación con la vecina provincia altoaragonesa. Firma un artículo en El Diario de Huesca sobre la actualidad política catalana.[25] Ese mismo año se menciona a Antoni Puch como director de El Ideal entre 1916 y 1920 en un artículo de opinión.[26] En 1932 hay una mención a El Ideal, «valiente diario republicano que dirigía nuestro camarada Antonio Puch que tantas persecuciones sufrió…», al realizar una entrevista a Humberto Torres, político republicano de Lérida.[27]

Tras la llegada de la República, en 1932 fue nombrado director del Full Oficial del Dilluns en Barcelona.[28] Dejó de serlo, pero en enero de 1936 retornó a esta responsabilidad. El Butlletí Oficial publicó unas disposiciones «reposant en els seus càrrecs diversos senyors que foren destituïts i rellevats per gestors». Antoni Puch recuperaba la dirección.[29]

Fue jefe de redacción de Solidaridad Obrera y de La Humanitat[30] durante su estancia en Barcelona. Realizó una entrevista a Joaquín Maurín como redactor de La Noche.[31] En septiembre de 1930 se menciona su nombre relacionado con la cabecera madrileña de El Sol.[32]

Siempre mantuvo sus ideales catalanistas. Se habían generado a partir de su trabajo como periodista, ligado desde pronto a Joventut Republicana de Lleida y, posteriormente, a Esquerra Republicana de Cataluña. Su implicación en el proceso independentista le llevó, por ejemplo, a ser uno de los colaboradores más próximo a Francesc Macià en la organización de los hechos de Prats de Molló, donde se planteó una revuelta popular en 1926, que no tuvo éxito.

«La fuerza combativa de una máquina de escribir»

En el diario El Heraldo de Madrid, en la información sobre el fallecimiento de Francesc Macià, se incluía una anécdota, titulada «La fuerza combativa de la máquina de escribir» y que relata cómo se conocieron Puch y el político catalán: «cuando Francisco Macià tuvo que marchar de Cataluña para que no le detuvieran y lo hicieran desaparecer —como parece que se había acordado— voló a Perpignan, donde conoció al periodista lleirense Antonio Puch, también emigrado político, al que Macià dijo:

—Me hace falta un secretario. Usted vale mucho. Y además tiene usted una cosa excelente.

—¿Y es…?

—Una máquina de escribir, que nos servirá para nuestras propagandas.

Macià y Puch se trasladaron a París, llevando en el equipaje una “Underwood”, con la que hicieron más daño al dictador que con una ametralladora.»[33]

Lluc Montcada, al celebrar la reaparición de El Ideal en enero de 1936, recordaba a «aquell gran republicà, mestre en ciutadania i defensor de totes les causes justes, tan enyorat per tots els que en ell teníem una fe cega i que en vida va anomenar-se Alfred Perenya Reixachs, secundat admirablement pels nostres volguts amics, avui absents de LIeida, l’un, el gran periodista Antoni Puch, i l’altre, Antoni Sabater Mur, que lluitaren amb gran braó, produint-los-hi a tots ells, aquelles lluites, greus contratemps, ja que els reaccionaris de llavors, igual que els d’ara, no perdonaven a qui tingués l’atreviment de desemmascarar-los davant l’opinió».[34]

Antoni vivió exiliado en Auterive, población del departamento francés de Alto Garona, los últimos años de su vida. Al fallecer, el 31 diciembre 1944, formaba parte de la redacción de El Patriota del Sud-Oeste, periódico de Toulouse. Era el órgano del «Frente Nacional por la liberación, la independencia y la grandeza de Francia». La prensa catalanista en el exilio publicó notas necrológicas, destacando el trabajo realizado por Antoni Puch y su calidad. El Poble Català subrayaba su honestidad y profunda ideología izquierdista: «és amb veritable dolor que donem la trista notícia de la mort del que fou caríssim amic nostre, gran republicà i fervorós catalanista, Antoni Puch Ferrer. El darrer dia de l’any se l’endugué quan l’any nou arribava carregat de prometences per als exiliats.

Antoni Puch era un periodista honest i home pulcre de profunda ideologia esquerrista. Ha escrit i batallat amb una bona fe digna de tots els elogis. Fou un dels seguidors de Macià, esperit d’acer, combatiu i noble.

No cal dir com lamentem la pèrdua del nostre gran amic i amb quin profund dolor acompanyem la seva volguda esposa Sra. Leonor Oriola[35] i la seva filla Rosalia.

La Sra. Leonor Oriola és una dona d’un talent i una virtut exemplars i ens dol que sigui en aquesta ocasió el fer-ho públic. Pot estar segura que “El Poble Català” i el Consell Directiu d’Esquerra Republicana de Catalunya de la qual era entusiasta militant, en nom del partit, l’acompanyem plenamente en la seva pena».[36]

Foc Nou, señalaba que había consagrado su vida al periodismo, considerándolo ejemplar: «diumenge passat va morir a Auterive, on residia, Antoni Puch Ferrer. La seva mort ha estat molt sentida per tots els que l’havien tractat i havien tingut ocasió de comprovar les qualitats morals i la bondat de caràcter d’aquest bon company que la mort se’ns emporta.

En Puch era periodista desde la seva primera joventut. Als vint anys fundava i dirigia «L’Ideal» de Lleida, i es pot dir que tota la seva vida va consagrar-la a l’exercici d’aquesta professió que ell estimava i sentia per damunt de tot. Havia estat cap de redacció de «Solidaridad Obrera» i de «La Humanitat», i director del «Full Oficial». Actualment formava part de la Redacció de «El Patriota».

Havia vinguit malalt a França i la duresa de l’exili ha acabat amb la seva naturalesa ja molt debilitada en aquests últims temps. L’acte de l’enterrament que tingué lloc dilluns passat, va constituir una important manifestació de dol, FOC NOU hi estigué representat i, amb aquesta ocasió, adrecem novament el nostre més sentit condol a les seves esposa i filla.

És un altre dels que no tornaran a la Pàtria, però tots els que l’hem conegut en vida i hem pogut apreciar la seva modèstia, guardarem el record del seu exemple i de la seva vida de treballador obstinat i obscur.

Reposi en pau en terres de França, el bon company i excel·lent periodista, Antoni Puch Ferrer».[37]

Catalunya realzaba su integridad y honestidad: «acaba de morir Antoni Puch, d’Esquerra Republicana de Catalunya, director del “Full Oficial” de Barcelona i antic director del “País”, de Lleida. El vam enterrar fa tres dies, a Auterive, vora Tolosa. Era un periodista excel·lent, un home honest, un patriota integre. Ha mort vell, malalt i trist, sense veure encara alliberada la pàtria que enyorava tant. Darrerament era redactor de l’edició espanyola de «El Patriota», i el seu darrer article fou dedicat a Macià, del qual fou gran amic personal i polític.

Un altre periodista mort a l’exili, que oblidarem difícilment. La seva mort ens dóna un trist motiu de recordar els periodistes caiguts».[38]

Otro periódico en el que trabajó Antoni Puch, La Humanitat, hacía hincapié en la calidad de su trabajo y su compromiso político: «El darrer dia de l’any passat, el nostre estimat company Antoni Puch ha mort a Auterive (Alt Garona).La mort ens ha colpit fortament. Amb Antoni Puch havíem compartit a “La Humanitat” les joies i les penes, els triomfs i les desfetes. És de molt jove que Antoni Puch s’inicià en el periodisme republicà. I mai, al llarg de l’exercici de la professió que tant estimava, va desviar-se d’una línia de conducta dreturera i honesta.

Antoni Puch deixa un buit sensible en els rengles del periodisme català, car, a l’arrelament de les seves conviccions, s’hi ajuntava un amor i una coneixença de la professió que en feren un excel·lent periodista. S’inicià en el periodisme a “L’Ideal”, l’òrgan de Joventut Republicana de Lleida, que dirigí amb gran encert durant molts anys. Més tard es traslladà a Barcelona on, com a director del “Full Oficial” dels dilluns, acredità l’agilitat de la seva ploma en un estil net, insuperable, que donava a les seves informacions i reportatges un interès i un relleu molt apreciables.

Un altre company que ens deixa en el camí dolorós de l’exili, precisament ara que el retorn a la Catalunya que ell estimava tant, comença a besllumar-se.

Que la terra li sigui lleu![39]

Pasa el tiempo, pero su memoria se conserva. Es mencionado en 1957 como componente de la prensa local leridana en la revista Ciudad.[40] En un artículo de Alberto Ibero, titulado «Los chicos de la prensa», se menciona a Antonio Puch, director del diario republicano El Ideal: «… alto y delgado, vestía con desgarbo, su rostro pedía siempre un buen repaso de navaja barbera, y era periodista de fácil pluma, y de acerado estilo que dedicaba a los de la acera de enfrente y en ocasiones con intenciones malévolas editoriales que quemaban y comentarios que herían.

Por su cuenta, era incapaz de provocar o molestar, pero en las peñas de su partido, se comentaban actuaciones, se analizaban conductas y a Puch se le sugería la necesidad — a la que se le obligaba — a dedicar unas cuartillas violentas, contra unos acuerdos municipales de “los de enfrente”, o a tal o cual político de ideología opuesta».

Como resultado, se entablaba una campaña, surgían editoriales violentísimas, se agudizaban los ataques, y el pobre de Puch, en más de una ocasión fue la víctima de aquellas jornadas de combatividad.

Escribía bien, con innegable agudeza; su estilo era cáustico y cuando dejaba de escribir la actualidad política del momento, dedicaba su pluma a otros temas menos peligrosos y sus trabajos se leían con agrado y atención. Quedó como prueba de su quehacer periodístico, unos cuantos números del semanario “Don Quijote” que, en aquella época constituyeron una novedad en el periodismo local. Unas páginas bien concebidas, ágiles, ricas en grabados, de temas diversos e interesantes».[41]

Una última referencia. Es citado en 1962 en un artículo titulado «Viejos periodistas barceloneses», firmado por A. P. Foriscot. Lo cita entre los componentes de la redacción de El Día Gráfico, que define como «banco de pruebas de muchos escritores que fueron y son».[42]


[1] Archivo del Ayuntamiento de Estopiñán del Castillo. Antonio era el mayor de cinco hermanos. Tres de ellos acabaron estudiando y viviendo en la ciudad de Huesca. Dos trabajaron en las oficinas de Riegos del Alto Aragón, siendo topógrafos y aficionados a la fotografía. El tercero fue relojero. Dos fallecieron en Huesca.

[2] Archivo Histórico Provincial de Huesca. Instituto de Bachillerato Ramón y Cajal (Huesca), expedientes de alumnos, I/00740/00379, Puch Ferrer, Antonio.

[3] En 1935 es rechazada su solicitud para realizar un cursillo para maestros organizado por la administración de Primera Enseñanza de Barcelona. Butlletí de la Generalitat de Catalunya, 10 agosto 1935.

[4] El Diario de Huesca, 15 febrero 1909.

[5] El Diario de Lérida, 4 marzo 1910. Todas las referencias a la prensa de Lérida se han obtenido en la página web del «»Institut d’Estudis Ilerdencs. Servei de Patrimoni Bibliogràfic i Documental».

[6] El Ideal, 5 marzo 1910.

[7] Diario de Avisos, 21 marzo 1910. Publicó una información sobre un mitin en Lérida contra las escuelas laicas.

[8] El Ideal, 5 noviembre 1911.

[9] El Diario de Lérida, 11 noviembre 1911.

[10] La Publicidad, 12 enero 1912.

[11] Fortitud (Hospitalet), 1 abril 1933.

[12] El Ideal, 12 enero 1912. El Correo Leridano y El Diario de Lérida se felicitaron por la noticia en sus ediciones del día siguiente.

[13] El Ideal, 4 junio 1915.

[14] Heraldo de Aragón, 8 enero 1917. Este mismo diario informaba el 3 agosto 1916 del nombramiento de Antonio Puch como director de El Ideal.

[15] https://somatemps.me/2016/09/06/entrevista-a-josep-bru-i-jardi-1893-1983-periodista-i-carli-catala/ y https://latradiciodecatalunya.blogspot.com/search?q=Puch+Ferrer Consultados 13 marzo 2024.

[16] La Prensa, 27 abril 1916.

[17] La Prensa, 9 mayo 1916.

[18] El Ideal, 19 julio 1917.

[19] El Correo de Lérida, 20 septiembre 1917.

[20] El Pallaresa, 1 abril 1918.

[21] El Ideal, Lérida, 7 marzo 1919.

[22] El Correo de Lérida, 4 diciembre 1919.

[23] El Ideal, 7 diciembre 1919.

[24] El Día (Palma de Mallorca), 8 junio 1924.

[25] El Diario de Huesca, 22 febrero 1931.

[26] La Jornada, Lérida, 12 abril 1931. Firmaba Josep Armengol de Llano.

[27] La Calle. 26 febrero 1932. Humberto Torres era el médico y colaborador en El Ideal.

[28] La Humanitat, 2 abril 1932.

[29] La Humanitat, 22 febrero 1936.

[30] La Humanitat, 11 noviembre 1936.

[31] BONAMUSA, Francesc. «Andreu Nin y el movimiento comunista de España (1930-1937)». Barcelona, Editorial Anagrama, página 77. Se publicó en La Noche el 10 febrero 1931.

[32] La Veu de Catalunya, 20 septiembre 1930.

[33] El Heraldo de Madrid, 25 diciembre 1933.

[34]  El Ideal, 7 enero 1936.

[35] De la consulta en la prensa catalanista del exilio se desprende que Rosalía sintonizaba con la ideología política de Antonio y continuó la tarea tras el fallecimiento del periodista.

[36] El ejemplar de El Poble Català donde se publicó la nota lleva fecha 30 diciembre 1944, pero indica que Puch había fallecido el 31 de ese mes. Se editó en Toulouse, con carácter quincenal, y era el medio de Esquerra Republicana de Cataluña en el exilio.

[37] Foc Nou, 5 enero 1945. Era un semanario. Tenía la redacción en Carrer de Roquelaine, 25, Toulouse. Tolosa del Llenguadoc.

[38] Catalunya, 4 enero 1945. Era el órgano de la Aliança Nacional de Catalunya a França Toulouse. Tolosa de Llenguadoc.

[39]  La Humanitat, 6 enero 1945. Montpellier.

[40] Ciudad, cuadernos de divulgación cultural leridana, volumen IX, cuaderno X, Lérida, 1957, pág. 149.

[41] IBERO, Alberto. «Los chicos de la prensa». Civdad de Lérida, cuadernos de divulgación cultural leridana, vol. XXII, agosto 1970, pág. 104. El «Institut d’Estudis Ilerdencs. Servei de Patrimoni Bibliogràfic i Documental». conserva nueve ejemplares de esta publicación semanal, fechados entre septiembre y diciembre de 1915.

[42] FORISCOT, A.P. Hoja Oficial de la provincia de Barcelona, 11 junio 1962.

Una respuesta a “Antoni Puch Ferrer, de Estopiñán a la República Catalana por el camino del periodismo”

  1. […] Puede consultarse una entrada más amplia sobre Antoni Puch Ferrer en este enlace […]

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