
Es imposible que cada municipio conserve su patrimonio porque su volumen requiere unos presupuestos imposibles para pequeñas poblaciones. Si además estamos en territorio deshabitado, la cosa se complica más todavía.
El agradable paseo que supone subir de Fiscal a Berroy, pasando por Lardiés, permite comprobar este hecho. Un lugar orientado al sol, con excelentes vistas del valle del río Ara en el entorno de Fiscal. Una población deshabitada, como otras tantas de este espacio, en la década de los 60, vendido el terreno al Patrimonio Forestal del Estado para repoblar de cara a evitar el aterrazamiento del embalse de Jánovas. Una obra que, finalmente, no se realizó pero provocó todo el destrozo que estas actuaciones provocan en el territorio afectado.
En 2019 publiqué aquí una entrada titulada «De Lardiés a Berroy, una subida corta pero intensa». Entre los elementos más destacados de esta pequeña población figuraba la iglesia parroquial. Es una obra del siglo XVI, con referencias en sus ábsides a una tradición en la zona que se remonta a tiempos medievales, según ha estudiado Adolfo Castán. Habían perdido la cubierta el templo y la torre, manteniendo los muros en ambos casos. Hace poco di el mismo paseo, en este caso comenzando en Fiscal, pero ya no era lo mismo. En la torre había caído su muro oeste y los sillares ocupan el espacio que tenían los bancos cuando había culto en el templo.
En pleno tiempo de vacaciones navideñas, con el personal buscando asueto en el norte de la provincia, todavía es posible hacer una excursión sencilla sin compartir el paseo con nadie más que unas vacas que miran extrañadas a los paseantes. Son las dueñas de Berroy.




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