
Todas las reformas que se han realizado en el actual Hospital Universitario San Jorge de Huesca lo han alejado de su primera imagen, en el extrarradio de Huesca, con la solitaria compañía de la ermita de santo guerrero al que se dedicó lo que entonces se llamó «residencia sanitaria». El centro hospitalario era así, como recoge la foto en la cabecera de esta entrada. La gente más joven creerá que está viendo uno de los primeros capítulos de «Cuéntame». Pero era lo que había.
La edición es de la empresa Industrial Papelera Oscense. La imagen pertenece a la empresa barcelonesa Arribas, «casa fundada en 1905. La editora de vistas más antigua de España», según reza en el reverso de la postal.
El hospital fue un proyecto de Fernando García Mercadal (1896-1985), destacado arquitecto aragonés del siglo XX, materializado en 1967. Sus balcones orientados al sur permitían que los enfermos obtuvieran los beneficios del sol. En cada uno de ellos había una mesita y un par de sillas metálicas. En aquel momento era lo que más me llamaba la atención cuando iba a ver a un familiar enfermo.
La postal permite ver la estoica entrada que había a Huesca desde Zaragoza a la altura del nuevo hospital. Luego llegarían asfaltados, acerados, plantas y, finalmente, carriles bici. Todo un catálogo de acciones urbanísticas terminó de llenar de viviendas el espacio entre San Jorge y la ciudad, eliminando esa sensación inicial de distancia. Ir en verano a ver a un familiar por la tarde era un desafío si lo hacías andando. Desde el paso a nivel hasta la entrada del hospital no había ninguna sombra.




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