El pozo artesiano también llama la atención, aunque no se come. Está documentado en el siglo XII y en el XVIII se construyó el muro que lo rodea, protegiendo y embelleciendo, como se explica en la página web del patrimonio aragonés (sipca.es). El entorno ha sido adornado con una zona verde que hace más atractivo el conjunto. Esta surgencia es una de las más importantes de Europa.

De aquí sale el agua hacia una serie de acequias que irrigan los terrenos cercanos. La Acequia Madre, la Acequia del Caudo y la Acequia de la Granja la distribuyen para el regadío en Cella, Villarquemado, Santa Eulalia, Torremocha, Torrelacarcel, Alba y Villafranca.

Antes, el líquido elemento ha pasado bajo un arco en el que se levanta una pequeña ermita, dedicada a San Clemente. El pozo artesiano de Cella tiene también su leyenda, protagonizada por una mora, de nombre Zaida.
No es la única referencia histórica hidráulica en Cella. Se conservan varios tramos del acueducto romano que llevaba el agua de Albarracín a esta población, una obra espectacular por su trazado y su envergadura. Si quiere conocer Cella, este folleto le adelante lo más interesante.




Deja un comentario