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El molino de Villacampa, casi oculto enre chopos

Olsón es una localidad de Sobrarbe que merece visitas periódicas para ir conociendo todos sus elementos de interés. En el catálogo figuran unos molinos. Entre Mondot -localidad cercana- y Olsón estuvieron varios molinos en marcha a lo largo de los tiempos. Los hubo de aceite y harina y, también, un batán.
Hoy visitaremos dos de ellos, muy cerca de Olsón, que componen un agradable paseo de una mañana, o una tarde si no hace demasiado calor. La ruta está muy bien detallada en el blog de Daniel Vallés Caminos de Barbastro. Hay que situarse en la carretera A-138 a Francia por Aínsa y Bielsa, tomando un desvío señalizado enfrente de Mesón de Ligüerre.
Si venimos desde Lamata y Javierre, al llegar a Olsón podemos subir a esta localidad o seguir hacia Mondot. O bien, que es lo que haremos, tomar un camino de tierra a la derecha, descendente, que tiene al inicio un cartel anunciando la ruta del valle del Susía. Llegaremos a un barranco de fácil paso, al menos el 30 de mayo, y volveremos a subir por un camino que hay a la derecha del punto donde hemos cruzado. Así nos acercaremos a nuestro destino de hoy: los molinos de Villacampa y López.
El desvío a tomar está señalizado en ambos casos. El paseo en sí, con ida y vuelta por el mismo camino, no es muy largo. Otra cosa será que te dediques a tomar fotos de todo lo que se ve o se mueve. También puede pasar, como creo que le ocurrió a alguien, que te despistes por un camino y aparezcas cerca de Mondot. Así aprendes que existe otro inicio del paseo en esta cercana población. No obstante, el campanario de la iglesia de Olsón es referencia permanente y ayuda al senderista despistado –o despistada- si se produce el hecho indicado.

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El molino de Villacampa y su cárcavo en primer plano

El molino de Villacampa está en un paraje muy curioso, junto al río Susía. Su primera imagen lo confirma, viéndolo desde una cota bastante más alta que la que tiene el edificio, al nivel del cauce. Enseguida llegas y ves que se conserva bastante bien. Está la balsa donde almacenar el agua, el edificio y el cárcavo por donde salía el líquido elemento, un espacio abovedado con arcos que hablan de una antigüedad anterior a una fecha que veremos en la puerta. Hay restos de un azud -algún pequeño tramo con sillares de piedra-  y unos huecos en la tierra que recordarían una parada de agua con estacas.

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Balsa del molino de Villacampa

En el dintel de la puerta se lee «MOLINO HARINERO DE PILAR LATRE VD LACAMBRA A 8 DEL 9 DE 1943». Castán indica que la muela se conserva en el casa. El rodete de hierro que se ve en una foto de Adolfo Castán de su libro «Lugares del Alto Aragón» (2008) está ya cubierto por el barro.

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Cárcavo del molino de Villacampa
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Molino de López

Cerca está nuetra segunda visita. Hay que volver a la señal donde indicaba el acceso y tomar el camino al río Susía. Otro desvío y hemos llegado. El molino de López conserva sus cárcavos, que oculta la vegetación. Un  nuevo edificio adosado habla de usos diferentes del espacio en este lugar. La presencia de un rebaño de ovino junto al conjunto evita una visita más intensa, para no molestar ni al pastor ni a los animales.
Cerca de la vivienda, en la caseta del transformador, se lee «AÑO 1959 J. L.» grabado en el interior de un rombo. Este molino tendría dos muelas porque había dos cárcavos, según explica Adolfo Castán en el libro citado.

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Caseta del transformador en el molino de López, fechada en 1959

La vuelta, por el mismo camino, completa un tranquilo paseo matinal. A finales de mayo, el paisaje estaba exuberante. El silencio del entorno, roto solamente por el canto de los pájaros, el vuelo de unos milanos, el variedad de matices de verde que había en sembrados y árboles… y el cielo azul. Poco más se podía pedir.

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El paisaje completa un paseo muy gratificante, pese al calor de la mañana

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