
Monesma, Cajigar o Mon de Roda son nombres de antiguos municipios ribagorzanos que, entre otras características, se distinguen por su hábitat disperso. Aldeas separadas entre sí componen su territorio, con una forma de población que viene de la Alta Edad Media. El camino que enlaza Cajigar y La Puebla de Roda permite ver algunos ejemplos. Entre ellos está Rin del Cllot.
Queda al lado del camino y tiene todos los elementos necesarios para una vida autónoma en este espacio. Entre el silencio se pasa junto al horno de cal, la caseta del transformador, el aljibe para el agua, los almacenes, establos, la vivienda, un arnal en lo alto de la casa, un palomar en el lado contrario, esa barandilla de ladrillo que se hizo no hace tanto tiempo… Entre la hierba se ven los cantos rodados que componían el pavimento en el entorno de la vivienda. El pajar y la casa tal vez difinieran la zona de trilla. Puede.

Memoria de una forma de vida que desaparece. El último giro de la llave en la puerta comienza un proceso que, con la ayuda de la Naturaleza, borra la huella de las personas en el territorio. Aquí todavía está todo como preparado para ponerse a trabajar en cualquier momento. Cerca hay otras casas que ya solamente son ruina que la vegetación va haciendo desaparecer. Rin del Cllot, en la Ribagorza, muy cerca de San Esteban del Mall





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