Viajar a Liverpool y Manchester supone hacerlo a las dos localidades entre las que se tendió una de las primeras líneas de ferrocarril. Transportaba viajeros y mercancías. Además, cerca de ambas, se encuentra un importante museo ferroviario en York. Las previstas visitas a rincones medievales o el paseo por calles con espectaculares edificios públicos de estas poblaciones podían dejar paso a un momento ferroviario no programado. Breve, pero intenso.
La compañía Liverpool and Manchester Railway comenzó a prestar servicio el 15 de septiembre de 1830. En cabeza del primer convoy figuraba la locomotora The Rocket (El Cohete), construida por George Stephenson y su hijo Robert un año antes. La máquina original, aunque con algunas piezas diferentes, se conserva en el Museo de Ciencias de Londres. Entre septiembre de 2018 y septiembre de 2109 se puede ver la Rocket (su imagen aparece al principio de esta entrada) en el Sciencie + Industry Museum de Manchester. Según se explica en el folleto que detalla su contenido, la «icónica» locomotora regresa temporalmente a Manchester, después de una ausencia de 180 años
En 1829 se hicieron unas pruebas en la localidad de Rainhill (Rainhill Trials) con las que se pretendía encontrar el mejor diseño de la locomotora de vapor para esta primera línea ferroviaria. Se presentaron varios proyectos. En la información del citado museo de Manchester se indica que The Rocket de Stephenson ganó, pero Novelty (Novedad) «fue el favorito del público». Este último proyecto era de del sueco John Ericsson y el británico John Braithwaite. Y como se dice ahora… con la Rocket empezó todo. El desarrollo del ferrocarril a partir de ese momento fue excepcional a lo largo de todo el siglo XIX.
Mirando en la alberca 
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